La ansiedad en niños es, lamentablemente, mucho más frecuente de lo que creemos. Vivimos malos tiempos para la salud mental infantil. Las circunstancias obligan a nuestros pequeños a sobrellevar situaciones exigentes y a veces es difícil ayudarlos.
En este artículo queremos explicarte qué es la ansiedad en los niños, cuáles son sus síntomas y de qué forma podemos evitar esta alteración para mejorar su calidad de vida. ¿Te interesa formarte en este ámbito profesionalmente? Cursa el Máster en Ansiedad y Estrés Infantil, una titulación certificada por la APENB con la que puedes especializarte en este campo de la psicología infantil.
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Toggle¿Qué es la ansiedad en niños?
La ansiedad en la edad pediátrica es una reacción adaptativa que los pequeños llevan a cabo para superar circunstancias específicas. Sobre todo, aquellas situaciones que viven con miedo, preocupación o desesperación y que, por ello, les generan una sensación de peligro o de amenaza. A raíz de ello, los menores pueden manifestar reacciones físicas, conductuales o emocionales.
Cuáles son los síntomas de la ansiedad infantil
Evidentemente, la ansiedad en los niños por edades difiere entre los 3 y los 12 años. El origen, las consecuencias y los síntomas son distintos según cada etapa. Sin embargo, de forma general, hay algunas señales de alerta que ofrecen pistas sobre la presencia de la alteración, como son las siguientes:
- Taquicardias y estallidos nerviosos: el corazón agitado es uno de los indicadores más fiables que evidencian el estrés infantil.
- Bloqueos respiratorios: cuando los pequeños no pueden respirar adecuadamente.
- Mareos y desmayos: a raíz de la imposibilidad de respirar bien, el niño puede llegar a hiperventilar y sufrir estos episodios.
- Sudor en exceso: la tensión se proyecta hacia el exterior con una sudoración inapropiada, incoherente con la situación atmosférica.
- Dolor de estómago: es uno de los puntos débiles de los niños, por lo que suelen sentir pesadez, dolor o malestar en él cuando están ansiosos.
- Agarrotamiento muscular: la tensión también se concentra en los músculos.
- Autoexigencia excesiva: el perfeccionismo exagerado y la preocupación por asuntos menores son indicios de este problema.
- Pérdida de autoestima y autoconfianza: estos sentimientos de inferioridad también están detrás de la relación entre niños y ansiedad.
- Negatividad: poco a poco los menores empiezan a verlo todo negro e inalcanzable.
- Exceso de sensibilidad.
- Tics nerviosos y movimientos repetitivos, por ejemplo morderse las uñas.
- Atracones y hambre descontrolados.
Cómo evitar la ansiedad en la infancia
Para tratar la ansiedad en niños conviene contar con el apoyo de profesionales. Una mezcla de cariño, sensibilidad y empatía es el tratamiento natural para la ansiedad en los niños, pero esta fórmula no siempre es suficiente.
En los casos más complicados, puede requerirse la prescripción de psicofármacos, como los antidepresivos ISRS, que suelen dar funcionar bien para controlar la sintomatología ansiosa en la infancia. Además, los efectos se comienzan a notar bastante pronto, a partir de la primera o segunda semana de tratamiento, se empiezan a ver los efectos positivos. Por otra parte, es fundamental establecer una terapia cognitivo-conductual para contribuir a calmar la ansiedad en los niños y establecer un tratamiento efectivo.
Actividades para trabajar la ansiedad en niños
Por otra parte, y como complemento al tratamiento psiquiátrico y/o psicológico, existen actividades y juegos que ayudan a prevenir y reducir la ansiedad infantil. Entre ellos, los siguientes:
- Respiración diafragmática en familia.
- Identificación de pensamientos negativos.
- Exposición de sensaciones desagradables.
- Visualización positiva de espacios y situaciones atractivas.
- Mindfulness y meditación que pueden aplicarse a partir de los siete años.
En definitiva, la ansiedad en niños es un problema real que supone varios obstáculos tanto para los propios pequeños como en las familias que lo viven con ellos. Por tanto, observar al niño, sensibilizarnos con su situación y contar con un apoyo especializado y profesional en caso necesario son los principios esenciales para poder combatir los problemas de ansiedad en la infancia.