La percepción que tenemos de nosotros mismos es el elemento principal para garantizar nuestro bienestar emocional. Pero, ¿cómo se llama esta percepción? A menudo, se confunde entre autoconcepto y autoestima y lo cierto es que la mayoría de las veces, ambos términos se utilizan indistintamente.
Para aprender a diferenciarlos, en este artículo te describimos en detalle estos dos conceptos, comprendiendo su significado, cómo se constituyen y las características propias de una persona con un autoconcepto sano.
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Toggle¿Cómo se constituye el autoconcepto y la autoestima?
El autoconcepto y la autoestima se construyen a través de un proceso continuo de autorreflexión, experiencia y retroalimentación. En este sentido, el autoconcepto se forma a través de la introspección y la comparación con los demás, mientras que la autoestima se nutre de la percepción de la valía y competencia en relación con los estándares personales y sociales. Pero, si nos centramos únicamente en el autoconcepto, ¿sabes como se trabaja?
¿Qué es el autoconcepto y cómo se desarrolla?
El autoconcepto se refiere a la percepción que una persona tiene de sí misma. Es decir, es la suma de creencias, percepciones y evaluaciones que alguien tiene sobre sus propias habilidades, características y valores.
Generalmente, se desarrolla a lo largo de la vida, influenciado por experiencias personales, interacciones sociales y factores culturales. Además, hay que tener en cuenta que desde una edad temprana, las interacciones con la familia, los amigos, la educación y la sociedad moldean gradualmente la forma en que nos vemos a nosotros mismos.
Cómo se trabaja el autoconcepto
Trabajar el autoconcepto puede parecer una tarea muy compleja, pero realizando pequeños ejercicios diarios puede mejorar de manera significativa la perspectiva que tenemos sobre nosotros mismos. Veamos algunos ejemplos:
- Autoexploración: tomarse el tiempo para reflexionar sobre las fortalezas, debilidades, valores y metas personales.
- Aceptación: aceptar las imperfecciones y reconocer que somos seres en constante evolución.
- Diálogo interno: no dejar que los pensamientos negativos ocupen el total de nuestra mente. Sustituirlos por pensamientos constructivos es la mejor manera de seguir adelante.
- Analizar obstáculos: tener en cuenta qué es aquello que impide llegar a los objetivos, por lo que suelen ser relaciones tóxicas o emociones negativas.
¿Cuáles son las características de una persona con autoconcepto sano?
Una persona con un autoconcepto sano exhibe ciertas características que reflejan una relación positiva y realista consigo misma y con el mundo que la rodea. Veamos cuáles son:
- Tiene confianza en sí misma, en sus habilidades y capacidades.
- Presenta resiliencia a la hora de enfrentar los desafíos y recuperarse de las adversidades.
- Se muestra auténtica y genuina en sus interacciones.
- Tiene un alto grado de empatía, por lo que es capaz de comprender las emociones propias y de los demás.
- Se acepta a sí misma, incluyendo sus imperfecciones y limitaciones.
En conclusión, el autoconcepto y la autoestima son componentes que deben estar muy presentes si el objetivo es conseguir una salud emocional sana y bienestar. Por ello, comprender la diferencia entre ambos y trabajar en su desarrollo puede conducir a una vida más plena y satisfactoria en varios sentidos.