Las emociones negativas generan malestar psicológico o una sensación desagradable. Si bien es cierto que es imposible evitarlas, existen formas de gestionarlas para minimizar su impacto. Aprende a hacerlo a través del Máster en Meditación y Mindufulness, una formación que te permitirá aplicar las mejores técnicas de gestión emocional.
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ToggleClasificación de las emociones negativas
Cuando hablamos de emociones negativas nos referimos a sensaciones desagradables que, incluso, se pueden percibir físicamente. Al sentirlas, provocan respuestas negativas que determinan nuestro comportamiento.
Existen dos grandes tipos de emociones que generan angustia y/o incomodidad:
Tipos de emociones negativas básicas
- Asco: experimentamos asco cuando un estímulo nos produce aversión o repugnancia. La reacción que solemos aplicar es evitarlo.
- Miedo: lo sentimos al ver peligrar nuestra integridad física o psicológica. Se trata de una emoción vital para sobrevivir y la respuesta que genera es triple: atacar, huir o quedar paralizados.
- Tristeza: surge cuando a raíz de la insatisfacción, la sensación de pérdida o la indefensión. ¿Qué hacemos al sentirla? Normalmente, buscar consuelo, desahogo o la empatía de alguien confiable.
- Ira o rabia: procede de la frustración o el daño recibidos. En este caso, normalmente, tendemos a atacar aquello que nos provoca ese malestar.
Tipos de emociones secundarias
Dentro de las emociones secundarias encontramos la soledad, la frustración, la ansiedad, el enojo, la incertidumbre, la culpabilidad, la indiferencia, la desesperación y la apatía.
Cómo controlar una emoción negativa
Para manejar una emoción negativa el primer paso es identificarla. De esta forma, será más sencillo aplicar las herramientas necesarias para gestionar sensaciones de malestar y evitar su repercusión en nuestro bienestar. Para ello, nuestra gran aliada es la inteligencia emocional, que nos prepara para controlar las emociones y expresarlas con asertividad.
Si queremos controlar la inestabilidad emocional, lo menos aconsejable es optar por técnicas como la represión o la distracción, ya que pueden conllevar un efecto contrario al que buscamos.
¿Cómo controlar las emociones negativas entonces? La clave está en acceder a las emociones, permitirnos sentirlas y ponerle nombre a lo que está pasando en nuestra mente y cuerpo. Una vez identificada la emoción y lo que nos genera, el siguiente paso es tratar de transformar esas emociones que nos perjudican por otras más saludables.
Una de las mejores tácticas para lidiar con las emociones que nos causan malestar es aceptarlas y entender que el bienestar emocional engloba tanto sensaciones positivas como negativas. La idea es que aprendamos a normalizar la presencia de una emoción negativa y que no tenemos por qué evitarla, sino que puede ser una oportunidad también para aprender de ello.
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Consejos para gestionar las emociones
A continuación te damos unos tips finales para favorecer la gestión emocional y manejar mejor los diferentes tipos de sensaciones en función de las situaciones que vivamos.
- Entender cómo nos sentimos y tratar de poner nombre a esas experiencias emocionales negativas.
- Aceptar que tenemos emociones negativas.
- Buscar soluciones y puntos de vista que ofrezcan alternativas.
- Ser consciente de lo que nos indica una emoción determinada y actuar en consecuencia.20
- Tomar decisiones y ponerlas en práctica.
- Ser transparente con uno mismo y no autoengañarse.
- No echar la culpa a otros; al contrario, buscar ayuda.
- Trabajar para crear emociones positivas y evitar las conductas que generan el malestar psicológico.
Y sobre todo, recordemos que la clave del bienestar emocional está en reconocer y aprender a convivir con los diferentes tipos de emociones, tanto si son positivas como negativas.